- Dele a su hijo la mejor nutrición disponible, es decir la nutrición orgánica, evitando los alimentos envasados . De esta manera se evitará un aumento de más toxicidad con metales pesados, pesticidas, potenciadores del sabor como el glutamato monosódico (GMS), aditivos colorantes, los transgénicos (alimentos modificados genéticamente), conservantes y otros productos de desecho. Muchos estudios mencionados en el libro de John Erb, El Lento Envenenamiento de América vinculan al GMS con la obesidad, diabetes, las migrañas y dolores de cabeza, autismo, el TDAH, e incluso la enfermedad de Alzheimer.
- Dele a su niño pan de masa fermentada en lugar de pan de levadura para evitar la formación de un complejo insoluble entre el ácido fítico con el zinc y magnesio, y así permitir la asimilación del zinc y magnesio nutricionales. Debido a que el pan de masa madre hecho con harina de trigo integral suele ser muy pesado, sería mejor comenzar con un pan de masa fermentada más liviano.
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Déle a su hijo suficiente agua pura sin cobre u otras toxinas.
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Evite el uso del microondas para todos los alimentos y bebidas, evitar también en lo posible los envases y embalajes de plástico.
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Evitar en lo posible el azúcar, los dulces en general y los edulcorantes artificiales. Son venenosos para los intestinos, el páncreas y muchos otros tejidos. El azúcar también inhibe la producción de EPA (ácido eicosapentanoico) y DHA (ácido docosahexaenoico), ambos ácidos grasos omega-3, de crucial importancia para el tejido cerebral.
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Proporcionar un ambiente tranquilo y pacífico para su hijo, elimine el exceso de estímulos tales como la TV, consolas de videojuegos y computadoras.
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Asegúrese de que su hijo esté bien conectado a tierra. La electricidad estática puede dar lugar tanto a trastornos emocionales/mentales como a síntomas físicos. Por lo tanto, la ropa sintética, zapatos aislantes (suela de goma o de plástico) y revestimientos de suelos sintéticos se deben evitar. Haga que su niño camine descalzo en lo posible. Elimine todos los aparatos eléctricos en el dormitorio, como relojes eléctricos, TV, computadoras o equipos de audio. Desconecte la red inalámbrica de internet (Wi-Fi) durante la noche (y durante el día).
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Proporcione un entorno de descanso saludable para su hijo. Una cama saludable no debe contener ningún metal. Si es posible, haga que su hijo duerma mirando al norte o al este. Un cuarto oscuro es importante para la producción de melatonina (la hormona del sueño).
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Evite el uso de antibióticos, ya que perjudican la flora intestinal y en consecuencia aumentan los problemas subyacentes. En caso de infección, optar por soluciones naturistas.
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Administre a su hijo ácidos grasos omega-3, los mayor pureza y calidad que usted pueda encontrar. Normalmente no receto más de 500 mg al día. Evite el consumo excesivo de ácidos grasos omega-6 de soja y maíz, que se encuentran principalmente en los alimentos envasados. Los ácidos grasos Omega-3 son antiinflamatorios, mientras que los omega-6 son pro-inflamatorios. La proporción ideal sería 1:1, ¡pero la comida moderna contiene 1:25!
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Administre a su hijo los dos tipos diferentes de vitaminas C. Ambos están disponibles en forma de tabletas o cápsulas y en polvo. La regla es que en caso de diarrea, la dosis debería reducirse un poco, hasta que desaparezca la diarrea (dosis de tolerancia intestinal). Se pueden usar sin peligro alguno; sólo los pacientes con hemocromatosis deben evitar ingerir cantidades extra de vitamina C, ya que la vitamina C estimula la absorción del hierro. La regla general es no es más de 1000 mg por año de edad. Por ejemplo: a un niño de cuatro años de edad se le puede dar 4000 mg al día divididos en tres tomas. Esto serían tres tomas diarias de 1000 mg de un ascorbato sódico (o acido ascórbico hidrosoluble) y 3 tomas diarias de 500 mg de palmitato de ascorbilo (lo que equivaldrían a 3 dosis de 200 mg de vitamina C). Eso hace un total de 3600 mg por día. Para niños de 6 años en adelante la dosis máxima que aconsejo es de 6 gramos al día, que generalmente es suficiente para alcanzar nuestra meta.
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Administrar también zinc extra, hasta los 4 años de edad dar 10 mg, entre 4 y 8 años dar 20 mg, luego 30 mg para niños más grandes.
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A continuación, acordar una cita acordar una cita con un terapeuta CEASE. El autismo es una enfermedad grave que puede ser tratada con éxito, aún habiendole proporcionado muchísima información sobre su tratamiento aquí y en mi libro Autismo: Más allá de la desesperanza, se requiere ayuda profesional. De lo contrario, en última instancia, se decepcionará y no obtendrá los resultados esperados. Su hijo es demasiado valioso como para tratarlo por su propia cuenta.